Para un vídeo con una premisa tan extraña (una ciudad de Nueva York post-apocalíptica donde las televisiones y los animales son los dueños del mundo) me sorprendió una ejecución tan sofisticada. Este es un ejemplo donde el vídeo realmente aporta mucho a la música complementando los ritmos con imágenes que enaltecen la respuesta emocional de la audiencia. El efecto se logra en gran medida por el excelente uso de los colores, formas orgánicas y movimientos rítmicos que distinguen al estilo único de Shepperd. La canción no me pareció nada fuera de este mundo aunque, evidentemente, la música aporta la mayor parte de la narrativa del corto.
Después de ver este vídeo me puse a explorar un poco más del trabajo de A. F. Shepperd alias The Manimator, y me pareció un artista muy talentoso que vale la pena seguir. Su página de Internet es sencilla pero a la vez original y cargada de su estilo tan peculiar. Les recomiendo que la visiten para conocer más de su obra gráfica y animada. También les dejo el enlace a la página de Blockhead por si les gustó su música.
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